Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo LXVII


Que trata de lo que hizo el general después que vino del descubrimiento de por tierra

Muy gran placer recibieron los españoles, vecinos y estantes en la ciudad de Santiago, cuando vieron al general que era vuelto de la jornada de arriba, porque los naturales andaban en víspera de se alzar, y esto causábalo ser pocos. Y eran muy hermanados, que les pesaba en extremo cuando se apartaban algunos para estar un mes que no se viesen.

Luego envió el general veinte y uno de a caballo con un caudillo a visitar la villa de la Serena y hacer la guerra [a] algunos indios si alterados estuviesen, de que no pequeño placer recibieron todos los que estaban en la sustentación de la villa cuando supieron la venida del general, y por la visita de aquellos caballeros, porque estaban con temor cada el día que los indios se habían de alzar. Y de esta suerte aseguráronse y algunos indios que estaban indómitos los trajeron al servicio.

E hizo más el general de que fue allegado a la ciudad, que como vino el invierno, para sembrar mandó hacer grandes sementeras de trigo, creyendo que vendrían los capitanes que el septiembre pasado había enviado al Pirú por socorro. E hizo que las minas anduviesen como solían, porque los que viniesen hallasen algún oro, y para que si conviniese, despachar otro mensajero a España a Su Majestad con el traslado de lo que Antonio de Ulloa había llevado y con lo demás que hubiese que hacer saber a Su Majestad del descubrimiento de por tierra y fertilidad de ella.

Pues viendo el general que había cumplido un año y más, y no venía ni había nueva de la gente, acordó despachar a Su Majestad otro mensajero, el cual se llamaba Joan de Avalos Jofre, natural de los Garrovillas, y llevó también dineros para dar a los capitanes, si los hallase con necesidad. A este mensajero envió el general con otras personas, que fueron de esta gobernación para el Pirú a emplear para dar vuelta y venir a esta tierra en un barco que él tenía, el cual sacó de la pesquería con que sustentaba la gente de las minas, entendiendo que convenía e importaba más. Llevaron de esta vez estos hidalgos en este barco setenta mil pesos en oro.